FILOSOFÍA VÉDICA

MISCELÁNEA AYURVÉDICA:
LA CIENCIA DE LA ALIMENTACIÓN

Comer a horas fijas:

En tanto sea posible, tomar la comida principal durante el mediodía, cuando el sol está en su cenit, pues es entonces cuando la fuerza digestiva está más acentuada. Esperar por lo menos tres horas después de una comida liviana, y cinco después de una comida pesada, antes de volver a comer. Comer a horas fijas, sin “picar” entre comidas, ayuda a tranquilizar la mente, la lengua y evitar la obesidad, entre otros padecimientos.

No ahogar el fuego de la digestión:

Cuando se habla del fuego de la digestión se hace referencia a la combustión, obviamente invisible, de los componentes químicos de los alimentos. La digestión es un proceso químico durante el cual el estómago segrega ácidos que semejan llamas que “queman” a los alimentos, transformándolos.

La filosofía védica enseña que la comida es digerida por un fuego llamado Jatharagni (el fuego del estómago). Y como se bebe mientras se come, el efecto del líquido sobre ese fuego es algo importante que hay que considerar especialmente.
El agua, si se bebe antes de las comidas, modera el apetito y, como consecuencia, reduce las ganas de comer en exceso. El agua bebida con moderación durante las comidas facilita el trabajo del estómago, y, la que se bebe después de las comidas produce el efecto de diluir las secreciones gástricas, reduciendo el fuego de la digestión. Se recomienda esperar al menos una hora después de comer, para beber líquido, sobre todo frío; luego puede beber una vez cada hora, si es necesario, hasta la próxima comida.

Es aconsejable beber infusiones tibias; no bebidas heladas ni gaseosas. Las infusiones más adecuadas son aquellas que se preparan con raíz de jengibre fresco rallada, con algunas gotas de limón, natural o endulzada (Ver Recetario).

Otras son las que se pueden preparar con saquitos de manzanilla, menta, cedrón, anís, poleo, en una proporción de dos saquitos, iguales o diferentes, por cada litro de agua, natural o endulzada.

Comer con moderación:

La alimentación no depende de la cantidad de comida que se consuma; no es lo que genera fuerza y vitalidad, sino lo que el organismo es capaz de digerir y aprovechar. El estómago necesita un espacio para trabajar; por lo tanto, debe estar lleno sólo hasta la mitad. Se debe dejar un cuarto de su capacidad para los líquidos y otro cuarto para el aire.
Muchas veces, cuando el estómago está sobrecargado, se siente la sensación de asfixia y plenitud excesiva, como si el vientre fuese a estallar.

Esta práctica facilita la digestión y, el seguirla acrecienta el placer de comer.
El comer con moderación también satisfará a la mente, lo cual procurará armonía al cuerpo. El comer con exceso o agita, o entorpece la mente y cansa, al sobrecargar el cuerpo.

LO IMPORTANTE:
COMER PARA VIVIR,
Y NO VIVIR PARA COMER.